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Jaseem Ahmed, Secretary General, Islamic Financial Services Board  | 
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El año 2014 presenció un frenesí de actividad internacional en las finanzas islámicas. En Europa, el Reino Unido y Luxemburgo emitieron importantes valores islámicos en forma de Sukūks soberanos, al igual que Sudáfrica y Senegal en África, entre otros. Esas emisiones llegan tras un crecimiento sostenido de la industria en los últimos años. Aunque los orígenes de las finanzas islámicas se remontan a varios siglos atrás, sus resurgimientos son relativamente recientes.

El resurgimiento moderno de las finanzas islámicas se remonta a la década de 1960, y está estrechamente vinculado al surgimiento de países recientemente independientes que encontraron los medios e incentivos para responder a las necesidades pendientes de los ciudadanos de alcanzar un tipo de finanza confiable, de conformidad con sus principios éticos y morales. Ofrecer servicios financieros bancarios: antes de que se invente esa fase memorable, formó parte de la historia de éxito de las finanzas islámicas entre los musulmanes. Pero las finanzas islámicas también atrajeron a muchos habitantes no musulmanes, gracias al valor que le otorgan a las normas éticas y a la adaptación y estabilidad que manifestaron durante la crisis financiera mundial.

Principios y convenciones de las finanzas islámicas

Uno de los aspectos característicos de las finanzas islámicas es que es una forma de innovación financiera en la que los contratos legales para actividades productivas reales del sector sirven de estructura para la intermediación financiera. Esa intermediación debe tener una finalidad socialmente útil.

Muchos de esos contratos tienen sus orígenes en épocas clásicas. En las finanzas islámicas, algunos de los contratos tienen las mismas características que las de los contratos de sociedades occidentales. Por ejemplo, la forma contractual medieval de la comenda, que ayudó a mantener el comercio por mar, era una forma de contrato que comprendía el intercambio de confianza y ganancias similar a los contratos de las finanzas islámicas. Aun así, algunos aspectos son nuevísimos: los Sukūks, por ejemplo, que derivan de valores islámicos muy antiguos, se modernizaron de maneras diferentes.

Las finanzas islámicas consideran las diferentes transformaciones de los contratos. La innovación es inherente en este proceso. Uno de los principios centrales de la ley islámica que define este proceso es el que se comparte con los sistemas legales de los países occidentales: el principio fundamental de “libertad negativa”, que afirma que es admisible todo aquello que no está prohibido.

Los contratos financieros islámicos deben ser coherentes con la ley islámica, o Sharia, pero pueden aplicarse en jurisdicciones donde la ley vigente no sea la de Sharia. Los tres pilares de Sharia que definieron nuestro entendimiento de las finanzas islámicas, entre otros, son la prohibición de Riba (usura), Gharar (exceso de incertidumbre) y Maysir (apuestas). Solapar la prohibición de Riba es el requisito por el que las devoluciones económicas deben vincularse estrechamente con el riesgo emprendedor: no debe haber devoluciones garantizadas y sin riesgos. También hay una inquietud profunda, arraigada a sociedades prebíblicas, en cuanto a las consecuencias adversas de los altos niveles de carga de deuda en las personas y sociedades. Esa inquietud tiene muchísima relevancia en la actualidad, con la gran incidencia de hogares limitados por los estados de situación en las economías en crisis.

La prohibición impuesta sobre el exceso de incertidumbre está orientada a limitar la posibilidad de decepción en base a las asimetrías de información. En cuanto a Maysir, o apuestas, el objetivo de la jurisprudencia islámica en la prohibición es la promoción de una ética laboral productiva que incremente el bienestar (tanto a nivel individual como social), en lugar de concentrarse en las ganancias que no se lograron a partir de las apuestas con toda la conducta antisocial relacionada. La idea del intercambio de riesgos y devoluciones, y de la materialidad o vínculo directo entre las finanzas y la economía real, es fundamental para las finanzas islámicas. Los principios antes descritos permitieron proteger las finanzas islámicas de la exposición a las conductas imprudentes y activos tóxicos esenciales de la crisis financiera mundial.

Una industria de crecimiento

Desde sus comienzos modernos en Egipto y Malasia, las finanzas islámicas ahora son una industria de crecimiento, y su reciente rendimiento se contrapone bruscamente con la de sus contrapartes convencionales.

Antes de la crisis financiera, según un informe de McKinsey en 2013,  Financial Globalization: Retreat or Rest?, los activos financieros globales habían tenido un crecimiento de aproximadamente el 8 % por año de 1990 a 2007. Desde 2007, esa tasa de crecimiento llegó a desplomarse hasta alcanzar el 2 % por año. De acuerdo con el informe de Islamic Financial Services Board (IFSB),  Islamic Financial Services Industry Stability Report de 2014frente al crecimiento general del sector financiero mundial, las finanzas islámicas superaron el 20 % por año desde 2007; las emisiones de Sukūk crecieron a una tasa de aproximadamente del 24 % por año en ese período. Observamos tasas de crecimiento similares para Takāful, o el seguro en las finanzas islámicas, como así también para los mercados de capital islámicos. En períodos más prolongados, las tasas de crecimiento son un poco más bajas, de aproximadamente el 15 % anual. Por eso, la característica distintiva de las finanzas islámicas durante el período posterior a la crisis es el crecimiento rápido y sostenido.

La innovación y el rápido crecimiento están transformando la industria, promoviendo el desarrollo económico en una cantidad cada vez mayor de jurisdicciones y, al mismo tiempo, también están generando nuevas oportunidades y desafíos. Si bien la industria sigue siendo bastante pequeña (representa menos del 2 % de los activos de sector financiero global), las altas tasas de crecimiento sostenido originaron un sector de finanzas islámicas demasiado grande para ignorar. El sector de finanzas islámicas representa más del 15 % de todo el sector financiero en términos de activos en 11 jurisdicciones de Asia, África y Medio Oriente.

Sin embargo, algunas de las reformas de mayor alcance se concretan en países donde el sector se mantiene pequeño, aunque está previsto que crezca de manera significativa. En esos países, como Indonesia y Turquía, las reformas siguen el camino de Malasia, donde se implementó un marco sólido de regulación y políticas que facilitó la integración de las finanzas islámicas en los programas de gastos e inversiones de los sectores público y corporativo. Por ejemplo, aproximadamente el 65 % de la capitalización bursátil de la Bolsa de Valores de Kuala Lumpur cumple con Sharia.

La rápida expansión del mercado de Sukūk es particularmente llamativo. Esto refleja los factores de la oferta y la demanda. En cuanto a la demanda, hay una gran necesidad de financiación de infraestructuras en Asia y Medio Oriente. En lo que respecta a la oferta, las reformas de los marcos legales, fiscales y regulatorios ayudan a eliminar, del lado de la oferta, los impedimentos de emisiones de Sukūk en varias jurisdicciones clave.

Por eso, el surgimiento del mercado de Sukūk probablemente genere cambios sostenidos y estructurales en los mercados financieros globales, al punto de reflejar las medidas adoptadas por una cantidad cada vez mayor de países a fin de integrar las finanzas islámicas en los programas de gastos para el desarrollo económico y social.

Modelo comercial positivamente disruptivo

En resumen, las finanzas islámicas son un modelo comercial disruptivo en el mejor sentido de la expresión. Su surgimiento refleja el reconocimiento y fortalecimiento de un conjunto totalmente nuevo de consumidores, cuyas necesidades actuales se satisfacen a través de una industria cada vez más globalizada. Están ayudando a redefinir nuestra comprensión de lo que implica el sector financiero con la introducción de una nueva clase de activos en expansión.

Los valores y la ética de las finanzas islámicas constituyen su capital social y moral. Aportan a la estabilidad de las finanzas islámicas, y a su atractivo más amplio. Pero deben complementarse con otras medidas para promover la capacidad de adaptación y la estabilidad, que también requiere de una infraestructura financiera sólida en forma de marcos legales y regulatorios, y de regímenes sólidos de transparencia y divulgación que aseguren que las finanzas contribuyen con el sector real.

La crisis financiera global llevó a controlar más severamente el sector financiero a fin de evitar la acumulación de excesos y desequilibrios financieros, como los altos niveles de burbujas en los precios de activos y el aprovechamiento. Al mismo tiempo, es importante fortalecer los marcos legales y regulatorios a fin de mantenerse vigente con los desarrollos internacionales. Las finanzas islámicas enfrentan el mayor desafío en la falta de desarrollo relativa de marcos institucionales y de políticas de varios países.

Lo ideal es realizar una evaluación amplia del rendimiento de las finanzas islámicas en términos de sus logros, potencial y desafíos a futuro. Sus logros, como clase de activo innovador, están ganando cada vez más reconocimiento, en especial en las finanzas de infraestructuras. Su potencial de inclusión financiera, y para prestar servicios a grupos descuidados, espera materializarse por completo; ya tiene el reconocimiento de todos. Ya contribuye a la estabilidad financiera global mediante la diversificación de la estructura del riesgo económico y financiero, pero su propia capacidad de adaptación enfrenta una prueba considerable de políticas y regulaciones.

Para un organismo emisor de normas, como IFSB, el desafío es alinear nuestra misión (promover una industria de finanzas islámicas sólida y flexible) con la de los objetivos de los reguladores y responsables de formular políticas, en una cantidad cada vez mayor de países, que enfrenten el desafío significativo de integrar las finanzas islámicas con los marcos legales y regulatorios de la actualidad. En este contexto, las normas y pautas de IFSB sirven para brindar una referencia internacional común para los reguladores.

Esta perspectiva acompaña el lanzamiento de la nueva sección Islamic finance (Finanzas islámicas) en Global Knowledge Gateway.

 

IFAC is grateful for the translation contributions of Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia to IFAC’s Global Knowledge Gateway.