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George Serafeim  | 
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¿Por qué le está costando tanto recuperarse a Grecia? Hay muchos factores que podrían explicar esta falla, pero creo que una de las principales razones es la falta de información financiera de alta calidad del gobierno. Eso reduce la responsabilidad ante la toma de decisiones, distorsiona los incentivos y conduce a la toma de medidas erróneas y a la destrucción sistemática del valor.

Yo les enseño a gerentes y ejecutivos de todo el mundo, y utilizo un marco que denomino MACC, que expone la importancia esencial de la contaduría. Ese marco se utiliza para medir, analizar, crear y comunicar (MACC) valor:

  • Medir el valor de los activos, pasivos y valor neto para que puedan analizarse.
  • Analizar el rendimiento en el tiempo y relativo frente a otras organizaciones para que se pueda usar como aporte en lo que debe modificarse para crear valor.
  • Crear valor mediante la adopción de políticas y procesos que incrementarán el valor de los activos.
  • Comunicar el argumento de la creación de valor para crear confianza en la organización y atraer inversiones.

Hace poco realicé un estudio de caso para la Escuela de Negocios de Harvard sobre la crisis de Grecia (“Greece’s Debt: Sustainable?”). El caso analiza la valoración razonable de los pasivos financieros. Todos los contadores comprenden que, en los últimos diez años, vivimos una revolución en la contaduría: nos alejamos de los costos históricos y nos acercamos a la contaduría de valor razonable, que incluye los aportes del mercado y las técnicas de valor actual. Pero en el caso de Grecia, estamos ignorando por completo los aportes del mercado y las técnicas de valor actual.

Pregúntese lo siguiente: ¿A cuánto asciende la deuda de Grecia? El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la prensa normalmente citan una relación de deuda a PBI de casi el 180 %. Como la deuda de Grecia en gran medida se conforma de títulos y préstamos otorgados, comencé por preguntarme por qué era tan alta. La respuesta es simple: la cifra de deuda que se usa se basa en un valor nominal. Entonces, no refleja los extensísimos vencimientos de los préstamos que le realizaron a Grecia, las tasas de interés por debajo del mercado a las que Grecia solicita préstamos ni las rebajas de intereses y las ganancias que se acuerdan con el Banco Central Europeo.

¿Tiene importancia? Increíblemente. Esa es la cifra que el FMI usa para diseñar las políticas y medidas a fin de asegurar la sustentabilidad de la deuda. Mientras más alta sea la cifra, más estrictas serán las medidas de austeridad, más altos serán los superávits principales que se impongan como condición, etc. Es probable que incluso sean peores las decisiones que se tomen sobre la base de cifras incorrectas. Entre los ejemplos, se incluyen los EUR 11 mil millones que se gastaron a fines de 2012 para la recompra de la deuda a fin de reducir el valor nominal a casi 31 mil millones. También, la decisión de usar el 25 % del efectivo procedente de los fondos de rescate anunciados para liquidar la deuda. En lugar de usar el dinero para inversiones sumamente necesarias, Grecia, presionada por los acreedores, sigue entregando dinero para cancelar la deuda y reducir su valor nominal.

Otra pieza del rompecabezas en el caso de Grecia es el uso de la deuda bruta y no de la deuda neta. La deuda neta es la deuda menos los activos financieros que conserva un gobierno. Grecia, créase o no, tenía muchísimos activos financieros a fines de 2013. En realidad, Grecia tenía más de EUR 90 mil millones en activos financieros. Pero hay muy poca transparencia en torno a esos activos y es muy limitado el debate público sobre su gestión. ¿Cuál es el resultado? El año pasado, Grecia perdió más de EUR 30 mil millones en activos. ¿Sería este el resultado si nos hubiésemos concentrado en la deuda neta? Quizás no, ya que las políticas se escudriñarían más detenidamente por las consecuencias que tienen en los activos financieros del país.

Desde una perspectiva de gestión, sería imposible detener la destrucción del valor y comenzar a crear valor si no partimos del primer pilar de MACC: medir. Grecia necesita adoptar la contabilidad de acumulación, realizar un inventario de los activos y pasivos, y publicar un balance de situación. No se trata solo de una buena gestión, también de democracia, ya que los ciudadanos deben votar lo bien que un gobierno administra su futuro. El reciente referéndum griego lo deja en evidencia, cuando los ciudadanos griegos debieron votar por medidas de política económica.

Pero Grecia no está sola. Incluso en la actualidad, muchos países, como Alemania, aplican prácticas de contaduría gubernamentales deficientes que utilizan la contabilidad de efectivo. Esta situación debe cambiar. Los contribuyentes deben saber, en términos económicos, que un recorte del x % en el valor nominal de la deuda equivale a una extensión del vencimiento de un préstamo del y %. La resistencia a un recorte del valor nominal de la deuda y la apertura a una extensión del vencimiento o a una reducción de la tasa de interés no están motivadas por la lógica económica ni por la correcta administración de los activos del contribuyente. Más bien lo están por las prácticas de contaduría deficientes de muchos gobiernos europeos que les ocultan a sus contribuyentes las pérdidas en los préstamos que recibe Grecia.

 

IFAC is grateful for the translation contributions of Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia to IFAC’s Global Knowledge Gateway.

 

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George Serafeim

Associate Professor of Business Administration, Harvard University School of Business

George Serafeim is the Jakurski Family Associate Professor of Business Administration at Harvard Business School.